Esta vez “Las crisálidas” de John Wyndham y “Las estrellas, mi destino” de Alfred Bester. Cuidado que el enlace de la novela de Bester cuenta la historia con pelos y señales (bueno para los que no les gusta leer y quieren un buen resumen para dar conversación 😀 ).
La primera está muy bien. Mundo postapocalíptico, después de un (supuesto) conflicto nuclear. Zonas enteras de la tierra están pobladas por mutaciones, y una pequeña secta en la frontera mantiene su pureza antropomorfa en una neoreligión fundamentalista.
La segunda está aún mejor. Trata de la venganza de Gully Foyle en un futuro donde existe la teleportación (según la wikipedia es “El conde de montecristo” en version sci-fi). Lo que más me impresionó es la dureza del libro… nada de esa ciencia-ficción bonachona estilo Asimov o Clarke, donde gente racional (científicos y honrados intrépidos espaciales) resuelve los problemas de la humanidad de forma racional. En esta hay instintos primitivos, vandalismo, crimen y violencia.
Aquí un parrafin de muestra:
“Una figura saltó del techo del hospital. Era X intentando un vuelo desesperado. Atravesó el espacio, agitando brazos y piernas, tratando de alcanzar el haz antigravitatorio del pozo más cercano para así ser atrapado en el aire y caer lentamente. Su intento fue perfecto. A veinte metros sobre el suelo se encontró directamene sobre la vertical del haz. No estaba en funcionamiento. Cayó y se aplastó contra el borde del pozo”.